Si estás interesado en leer este artículo, seguramente sea porque llevas tiempo haciendo cosas mal con tus hábitos de alimentación, y sientes que ha llegado el momento de cambiar. Lo primero que tienes que hacer es identificar cuáles son esos malos hábitos y definir hacia dónde quieres ir en el futuro.
El camino hacia una alimentación saludable
Para terminar con todos esos malos hábitos que sabes que no te están haciendo bien (ni a tu cuerpo ni a tu salud en general), vamos a ver los 6 pasos que te llevarán hacia el mantenimiento de una más alimentación saludable:
1) Establece unos objetivos
Da igual que sea eso que quieras conseguir; perder peso, mejorar tu aspecto físico, gozar de una mejor salud, o tal vez se trate de mitigar esos horribles dolores de cabeza. Lo primero para iniciar un cambio sostenible, es establecer unos objetivos fijos (a la vez que realistas).
Por tanto, ten una idea clara en tu cabeza de dónde estás y hacia dónde quieres ir, para poder trazar el camino a seguir (de forma similar a como lo haría un navegador GPS).
2) Come de lo bueno x2 y reduce lo malo a la 1/2
Este segundo paso tiene su origen en muchos proverbios orientales que sostienen la clara idea de; “lo malo que venías comiendo has de reducirlo a la mitad, y lo de lo bueno has de comer el doble”.
Así que identifica eso que has de empezar a sacar de tus hábitos alimenticios (seguro que sabes de qué se trata), e incluye todo eso que sabes que sí se puede considerar dentro de una alimentación saludable.
¿Cómo qué? Pues por ejemplo, esos alimentos con grasas saludables que te quiten las ansias por tomar azúcar de productos ultra-procesados.
3) Manténte en línea recta (sin salirte de la ruta)
Una vez hayas empezado con el proceso de cambio en tu alimentación, tienes que seguir luchando por tu objetivo. Lo estás haciendo por ti, tu cuerpo, tu objetivo, así que olvida las excusas del tipo “es que el finde semana tengo un evento o tengo una amiga que es una mala influencia” (ninguno de ellos pagará con su salud las consecuencias de tu mala alimentación).
4) Entiende el cambio como un estilo de vida (no como periodo)
Busca la forma de que tus nuevos hábitos alimenticios se adapten a tu vida al 100%, ya que se trata de cambiar de forma mantenida, y no durante un periodo.
Has de encontrar un equilibrio sin fijarte en el sistema de nadie, pues lo que les funcionó a otros para mantener la línea puede no funcionarte a ti.
Por otro lado, si te mientes a ti mismo y, por ejemplo, dejas de comer azúcar sólo durante un periodo determinado de tiempo, después volverás a comer azúcar. Y es que si has tenido problemas con el azúcar, tienes que dejarla para siempre y sustituirla por otros placeres menos dañinos para tu organismo.
5) No te rindas y sigue hasta el final
Esta parte es la que más trabajo suele costarnos, pues la falta de motivación o fuerza de voluntad a veces lleva a conformarnos con objetivos menos ambiciosos al que nos propusimos inicialmente.
¡No caigas nunca en la tentación de abandonar a mitad de camino! Si dejas de empujar el carro a mitad de la cuesta, ese carro caerá de nuevo incluyo más abajo que antes.
6) Buscar ayuda
Si ya has intentado modificar tus malos hábitos nutricionales pero te falta motivación o no sabes que comer, busca a un especialista en nutrición que te lleve un seguimiento semanal que te asegure que esa motivación la vas a poder mantener en el tiempo. Que si te caes te ayudará a levantarte. Y si no encuentras ninguno, ponte en contacto conmigo o con mi equipo, que seguro que podemos ayudarte 😉